La idea de ir al psicólogo puede ser intimidante para muchas personas bien sea por las ideas erróneas que se tienen alrededor de la experiencia tales como que es un servicio solamente para los que están “locos” o porque creen que pueden sustituir a la ayuda profesional.
Ventajas de estar con un psicólogo
La idea de ir al psicólogo puede ser intimidante para muchas personas bien sea por las ideas erróneas que se tienen alrededor de la experiencia tales como que es un servicio solamente para los que están “locos” o porque creen que pueden sustituir a la ayuda profesional con la escucha de un amigo, amiga o familiar cercano. O bien sea porque genera temor la idea de enfrentar el pasado y el sufrimiento, por lo que se hace más fácil buscar entretenimiento en las diferentes actividades o relaciones que se van presentando en la cotidianidad, el problema es que el sufrimiento y la angustia siempre están activas en segundo plano, causando malestares generalizados tales como falta de sueño, imposibilidades para concentrarse, días tristes que no tienen una aparente explicación, días de irritabilidad sin motivos evidentes, enfermedades simples como alergias, dolores de cabeza, gastritis, entre otras, que no responden a tratamientos y muchas otras cosas que, a simple vista no tienen una lógica pero nos han acompañado tanto tiempo que ya aprendimos a convivir de manera resignada con ellas.
Lo cierto es que ir al psicólogo genera cambios y transformaciones en la forma como nos percibimos a nosotros mismos, como vemos el mundo y como nos relacionamos con otros, todo esto con el fin obtener una mejor calidad da vida, potenciando la salud mental. Pero ir al psicólogo no es que un amigo o amiga te diga que “todo va a estar bien”, o que te digan que “la felicidad está en tu interior y debes buscarla” o que simplemente te hablen de “encontrar tu niño interior” o muchas otras cosas se dicen por desconocimiento y que a la larga se convierten en apoyos falsos que hacen más difícil atravesar el momento en que se está inmerso.
Por el contrario, ir al psicólogo es abrir un espacio de cuidado personal y de escucha propia con la que se pretende reconocer y comprender, a través de una conversación que no suple un amigo o amiga, todos aquellos asuntos vitales que nos han llevado al sufrimiento, entendiendo siempre que el sufrimiento tiene muchos rostros, no solo el de la tristeza o depresión, por ejemplo, estar irritable todo el día y no poder reaccionar distinto, sentirse inconforme todo el tiempo con el cuerpo o con los logros, sentirse incapaz de llenar las expectativas de otros, sentir miedo de emprender o asumir retos nuevos, entre otros, son formas y rostros que toma el sufrimiento y que tendemos a naturalizar, es decir, a conformarnos con su presencia. En resumen, una de las ventajas fundamentales de ir con un psicólogo es identificar y moderar el sufrimiento propio, esto mejora la relación interna que tenemos con nosotros mismos, la relación que tenemos con los demás y la forma como vemos el mundo.
Otra ventaja de ir al psicólogo es encontrar un lugar seguro, confidencial y sincero, en donde se puede hablar de forma tranquila y natural de temas que no seriamos capaces de tocar con familiares o amigos sin el miedo a ser juzgado, avergonzado o menospreciado por quien escucha. Pensemos en cuantas cosas tenemos en nuestros recuerdos, emociones o pensamiento que nos hacen sentir incómodos, enojados, confundidos, tristes, con poca energía o cansados y que no nos sentimos con el valor de contarle a otros debido a que nos avergüenza o nos da miedo la forma en la que lo van a tomar. Ir con un psicólogo es crear un espacio donde se puede hablar de forma libre de todos estos recuerdos, emociones o pensamientos, sin temor a crear consecuencias negativas en el concepto que quien escucha tiene de notros y sin temor a que revele dichas conversaciones con nuestras personas más cercanas.
En conclusión, las ventajas de ir al psicólogo tiene que ver con la posibilidad de reconocer y moderar el sufrimiento, en un espacio donde podremos hablar libremente de nuestros recuerdos, emociones y pensamientos sin el riesgo de ser juzgados y avergonzados, con un profesional capaz de generar empatía con nuestra historia personal con el propósito de mejorar la calidad de vida.
Que características buscar en un psicólogo
Es frecuente que una de las limitantes para buscar ayuda profesional es no saber a quién acudir o como buscar dicha ayuda. En este artículo vamos a tocar algunos temas importantes frente a la decisión y a la posterior elección, recuerda que cualquier situación, ruptura, duelo, problema o decisión entre otros, puede ser acompañada sin implicar con esto una derrota o fracaso en la vida.
Lo primero es decidir cuál es el tipo de proceso o asistencia que deseas obtener. La psicología tiene varios enfoques, debes buscar el que más se acomode a tu gusto, el que prefieras o en el que más confíes. Si no sabes absolutamente nada de psicología o de sus enfoques, tienes dos opciones. La primera es buscar en internet sobre dichos enfoques, incluso en mi páginas encontraras una descripción general enfocada al publico que desconoce términos y conceptos técnicos. La segunda es hablar con personas que estén o hayan asistido a psicoterapia, esto te permitirá escuchar sobre su experiencia, sensaciones y percepciones que te pueden ayudar a seleccionar lo que más te interese. N caso de no contar con personas conocidas o cercanas que puedan contar sobre sus procesos, la idea es no detenerse allí para no perder el impulso de ir al psicólogo, otra opción es buscar experiencias en internet de en foros o blogs que permitan dar claridad.
Lo segundo es determinar el costo y la cercanía de la terapia. Cada psicólogo maneja tarifas diferentes, esto puede depender de de sus enfoques, experiencia, conocimientos, reconocimiento en el medio, publico en el que s e especializa, y formas de trabajo individuales, entre otros elementos. Dichos costos pueden oscilar en promedio entre los cuarenta mil pesos y ciento cincuenta mil pesos aproximadamente (algunos casos particulares la tarifa podrá salirse de este rango) por cada sesión. Lo importante son dos cosas a saber: lo primero es que el valor de la tarifa no determina la calidad del servicio que el profesional va a prestar, es decir, independiente del valor cobrado, la atención siempre será ética, confidencial y enfocada tanto a la mejora en la calidad de vida como en potenciar la salud mental. Lo segundo es acomodarse dentro del rango en una tarifa que se pueda costear, es decir, que se ajuste a los ingresos, teniendo en cuenta que normalmente serán cuatro sesiones por mes, esto evitará irregularidades en el proceso o deserciones por falta de recursos para cubrir el pago
Con respecto a la cercanía, es importante comprender qué cercanía no solo se refiere a distancia, es también facilidad de acceso tanto en espacio como en tiempo, es decir, evitar viajes largos, o tener que tomar múltiples transportes públicos o si se tiene vehículo propio estar en el tráfico por mucho tiempo antes de llegar, o colocar actividades muy ajustadas en horarios bien sea antes de la terapia o después de la terapia. Todos estos elementos, con el tiempo, se convierten en factores de desmotivan y pueden crear irregularidades en la asistencia o suspensión de los procesos. Lo ideal es ser consciente de la necesidad del proceso, que no es una actividad más en la cotidianidad de ese día y sacar, dentro de la agenda, el tiempo suficiente para asistir a la consulta, sin afanes o agotamientos extras que finalmente terminaran por generar más afectación.
Lo tercero es sentirse cómodo y seguro con el profesional que se tiene al frente. Para esto existen las sesiones preliminares, que son un conjunto de sesiones iníciales al proceso donde se hace un conocimiento de las partes, es decir, donde el consultante expone su motivo de consulta y donde el profesional establece una ruta de trabajo. En estas sesiones es importante ser honesto consigo mismo y preguntarse si realmente hay comodidad y confianza con esa persona que se tiene al frente, recuerda que esto es el motor de todo proceso terapéutico y es lo que garantizará el éxito o no del trabajo. Es frecuente que ante una primera impresión, muchos consultantes decidan desistir de su intención en buscar ayuda por que no lograron conectar con el primer psicólogo que encontraron. Esto puede pasar, pero hay que tener intacto el deseo de ir a buscar ayuda, no quiere decir que ante la primera mala experiencia, todos los demás profesionales ofrecerán una similar, es necesario mantener el ánimo y seguir investigando.
Que esperar de un proceso psicológico
Acudir al psicólogo es algo que aun hoy está cargado de mitos y de tabúes que limitan la decisión de las personas, llevándolas a resistir solas sus angustias y preocupaciones, con temor de exteriorizarlas por ser juzgadas, por no ser entendidas o por que las personas alrededor tienden a dar soluciones fáciles, superficiales y obvias tales como “eso no es nada”, “hay personas en peores condiciones”, “la felicidad esta dentro de ti”, “tienes mucho por que vivir”, entre muchas otras frases cliché que realmente no aportan nada y por el contrario, hacen que la persona se sienta aun más mal. Esto no es mala intención, ni mala voluntad, es simple desconocimiento o impotencia. Debido a que quien acompaña al que sufre, no sabe cómo ayudarlo, se siente impotente y sufre también, este sufrimiento es visto por quien está siendo acompañado y acrecienta más su sufrimiento, convirtiendo el escenario en un ciclo interminable de dolor, impotencia, frustración y ausencia. En contraste, en un proceso psicológico se puede encontrar alivio.
La finalidad de todo proceso psicológico, independiente de las corrientes (revisar articulo de las corrientes aquí), es crear un espacio de autocuidado y autoreflexión que permita, por medio del dialogo cotidiano, encontrar los focos internos y externos que funcionan como fuentes de sufrimiento, que mantienen el sufrimiento a través del tiempo y de las relaciones o que traen las consecuencias que se viven como sufrimiento. Encontrar estos focos y hacerlos conscientes, permiten cortar ciclos de repetición en la forma como nos relacionamos en general con todo, es decir, con el trabajo, con la familia, con las parejas, con los amigos, con nosotros mismos, etc. Al cortar estos ciclos es indudable insertar cambios significativos en nuestras formas de vivir que permiten mejorar la calidad de vida, no solo de nosotros mismos, sino de quienes nos rodean.
Por otro lado, también se debe esperar encontrar en este proceso herramientas que nos permitan prepararnos para futuros eventos difíciles. La promesa de la felicidad eterna es ilusoria pues las perdidas, las dificultades y los momentos difíciles siempre nos aquejaran en cualquier momento de nuestras vidas, sin embargo, el contar con un proceso psicológico culminado o estar en curso de uno, nos proveerá cada vez de más y mejores herramientas emocionales, cognitivas y personales que nos ayudaran a enfrentar con valentía y sensatez cada una de ellas, tratando de obtener siempre aprendizajes que nos permitan cambiar y crecer
En conclusión, lo que se debe esperar en un proceso psicológico es la posibilidad de transformar tanto en el interior como en el exterior todos aquellos focos de sufrimiento y malestar que nos aquejan y en esta medida, adquirir y desarrollar más y mejores herramientas que nos preparen para el futuro y todas las vicisitudes que este pueda traer.
office@terappio.com
© Terappio - Todos los derechos reservados