Al conocer cuáles son tus emociones,cómo las vives e interpretas podrás mejorar tus habilidades sociales y tu autoestima.
Nombramos todo lo externo que podemos conocer a través de nuestros sentidos, sin embargo, a lo largo de mi vida y de mi carrera como psicóloga, he notado que se nos dificulta identificar lo que sentimos en nuestro mundo emocional. Y esto lo podemos mirar desde lo más cotidiano, por ejemplo, seguro tu contestación más obvia cuando alguien te pregunta ¿cómo estás? es un raquítico “bien ¿y tú?” o “maso” o “no como me gustaría” entre otras contestaciones un tanto simples.
Aunque el lenguaje humano es una gran invención que evidencia nuestra evolución y nos diferencia de otras especies del reino animal, se puede decir que es relativamente nuevo a comparación del tiempo que tiene el ser humano en esta tierra y aunque parezca increíble, los primeros seres humanos sobre la tierra ya eran seres emocionales y su vida dependía, literalmente, de que ellos pudieran identificarlas.
¿Por qué nos cuesta tanto nombrar lo que sentimos?
En primera instancia hemos caído en la dicotomía del bien y el mal, categorizando nuestras sensaciones en alguna de estas dos casillas y esto ha generado que juzguemos los estados emocionales propios y ajenos y hasta que nos cuesta aceptar el miedo, la tristeza, la ira sólo por ser incómodos para nosotros.
Las emociones no son ni buenas, ni malas, vaya, no tienen a intención de hacer tu vida de cuadritos, no lo tomes personal.
En segunda instancia ignoramos la función de nuestras emociones y lo que
conlleva cada una. En realidad, todo tiene una razón de ser y estoy segura de que lo comprenderás mejor si conocemos el significado del vocablo emoción.
¿Qué es una emoción?
Emoción viene del latín emotio, derivado del verbo émovere que significa “hacer mover”, por lo tanto, las emociones existen para que te muevas, ya sea para que salves tu vida, para que pongas límites, para que encuentres un entorno más amable para tu desarrollo, para que escapes de una situación de alto peligro o para premiarnos ante una situación o resultado satisfactorio.
EMOCIONES BÁSICAS
Existen diferentes teorías que hablan sobre las respuestas emocionales que tenemos y una de las más conocidas es la teoría de Paul Eckman (1970), quien identificó 6 emociones básicas:
Sorpresa, miedo, tristeza, ira, asco y alegría.
Todas, básicamente, son necesidades biológicas no satisfechas, conozcamos cada una de ellas.
Imagina que sales de casa rumbo a tu trabajo, todo lo has planeado como de costumbre y te diriges hacia allá como cualquier otro día. Ya vas en camino y te das cuenta de que las vías que ocupas para llegar han sido bloqueadas debido a una gran manifestación y te será imposible llegar a tiempo. Esa sensación repentina que te invade se llama sorpresa, sí, esa emoción se activa antes de que te enojes con el mundo y quieras matarlos a golpes.
La sorpresa tiene una función más importante de lo que crees, su función es vaciar la memoria de trabajo con la finalidad de que utilices tu energía para hacer frente al estímulo que no habías previsto. En otras palabras, esta emoción apaga tu diálogo interno y los pensamientos repetitivos que sueles tener en la cabeza para que puedas afrontar la situación.
Si le damos continuidad a esa misma situación (la de la manifestación y la
posibilidad de que pierdas tu bono de puntualidad), después de sentir esa sorpresa muy seguramente le acompañe la ira. Aquí es donde comienzas a sentir que te hierve la sangre, aprietas los puños y muy probablemente eleves el tono de voz y mandes a todos muy muy lejos de ti. Esta emoción aparece cuando tenemos que hacer frente a un peligro o superar un reto ya que nos ayuda a que liberemos mayor cantidad de adrenalina la cual va a aumentar la tensión cognitiva (se nos dificultará pensar y actuar racionalmente).
Ahora bien, hay una emoción que evitamos muy frecuentemente, la tristeza. Esta emoción se caracteriza por el decaimiento del estado de ánimo. Imagina que efectivamente, has perdido tu bono de puntualidad y ya tenías planes con tu familia y amigos. Aunque tristeza tiene mala fama, tiene una función muy importante, el economizar la energía para que no hagamos esfuerzos innecesarios, nos autoprotege e incita a buscar apoyo social.
Hemos revisado hasta ahora tres de las emociones básicas que todos los humanos tenemos, y ¿las otras tres?.
Vale, cambiemos la situación. Imagina que estás celebrando tu cumpleaños, has organizado una gran fiesta con tus seres queridos en un lugar increíble para ti, no te hace falta nada y sientes una enorme satisfacción y gozo. Alegría te acompaña en estos momentos, su principal función es darte una palmadita en la espalda y te recuerda que todo está bien, que lo disfrutes. Esta es la emoción más reconocida y que se ha llevado los premios de entre todas.
Ahora toca el turno de las emociones que a mí parecer nos las más importantes, ya que nos ayudan a sobrevivir ante grandes peligros.
Volvamos a la fiesta de cumpleaños, todo ha estado de lo más chévere. Llega la hora de partir el tan esperado pastel, tu tía preferida lo compró especialmente para ti. Te cantan las mañanitas y toda la cosa, reparten una rebanada a cada invitado y tú, al dar la primera mordida sientes algo raro, unos pequeños trozos crujientes y ... te das cuenta de que son nueces. ¡tú tía olvidó que eres alérgico a las nueces y que las odias! Corres rápidamente al baño para eliminarlas de tu pancita y evitar que te inflames con pez globo.
El asco, tiene la función de salvar tu vida ante la ingesta de alguna sustancia nociva. La función adaptativa es prevenir una posible intoxicación, y si le tienes asco a situaciones o cosas que no comprendes, tiene que ver con tus antepasados,ya que esta respuesta es 100% evolutiva.
Y por último, el miedo. Esta emoción es sumamente interesante, ya que tiene la cualidad de aparecer ante un peligro inminente o aunque ningún suceso real esté aconteciendo. El miedo tiene la función de activar el mecanismo evitación- escape ante una situación de peligro real. Nos es útil para preparar al cuerpo y producir conductas de huida ante estímulos peligrosos, ya que se encarga de que nuestras glándulas suprarrenales (las que se encuentran arriba de nuestros riñones) generen suficiente adrenalina y tengamos un tono muscular adecuado para luchar o escapar.
Pero ¿Te ha pasado que tienes un pensamiento recurrente sobre algún evento catastrófico? Por ejemplo, que ocurra un terremoto o que te contagies de alguna enfermedad grave. El miedo también se activa gracias a nuestros pensamientos y memorias, con la finalidad de que encontremos mejores conductas para afrontar el posible acontecimiento temido. Tiene la función de prepararnos para que podamos sobrevivir. A este estado emocional se le denomina, ansiedad, que es una mezcla entre miedo y tristeza. ¿Interesante no?.
EMOCIONES, SENTIMIENTOS, ESTADOS DE ÁNIMO ¿SON LO MISMO?
Suele haber una confusión entre sentimientos, emociones y estados de ánimo. Si bien la unidad básica son las emociones, existen algunas diferencias entre sentimientos y estados de ánimo.
Básicamente las emociones aparecen en el terreno del cuerpo, para activar procesos fisiológicos (sudoración, adrenalina, tono muscular, etc.) Suelen tener una corta duración y ser de gran intensidad.
Los sentimientos por otra parte son interpretaciones a los diferentes afectos que sentimos. En ellos intervienen procesos reflexivos, podríamos decir que son la suma de una emoción y un pensamiento. De acuerdo con el biólogo Humberto Maturana, una emoción se convierte en un sentimiento cuando se toma consciencia de ella. Para que una emoción se convierta en sentimiento debe haber pasado por nuestra conciencia y categorizarla de acuerdo a algún juicio de valor. Son culturalmente aprendidos.
Y finalmente, un estado de ánimo es una construcción efímera, mitad emoción y mitad sentimiento. No están ligados a eventos como tal y suelen ser más duraderos que las emociones, incluso pueden durar días. ¿Te ha pasado que a veces amaneces de mal humor sin saber bien por qué? Bueno, un estado de ánimo se activa, por decirlo de alguna manera, debido a diferentes factores, como nuestro estado de salud, descanso, alimentación, ritmos corporales o por los pensamientos que nos gobiernan.
Como te darás cuenta, son tres instancias que están totalmente ligadas.
“Las emociones corresponden al cuerpo, los sentimientos, a la mente, pero están completamente ligados”. Dámasio
TRES RAZONES POR LAS QUE TE CONVIENE CONOCER TUS EMOCIONES
1)Te relacionarás mejor contigo.
“Conócete a ti mismo” decía Sócrates a sus discípulos. Y es que parte de saber quién eres, es precisamente, saber de qué estás hecho. Desde conocer tu anatomía, tus pensamientos, tus gustos, talentos, fortalezas y debilidades y tus estados a emocionales.
Si conoces tus emociones y particularmente qué situaciones en ti las activan, sabrás mucho mejor cómo transitarlas y las mirarás con mayor respeto por la función protectora que tienen en ti.
2) Aumentará tu empatía con los demás.
Si, te será más fácil comprender a los otros. Mejorará muchísimo la calidad en tus relaciones pues conocerás mejor tus necesidades y cómo expresarlas y disfrutarás más de la compañía, o bien, podrás poner límites a las conductas que no te agradan
3)Mejoraras tu autocontrol
El autoconocimiento emocional nos proporciona mayor control ya que no te dejarás llevar por ellas ni dejarás que tomen el control de tu día a día, las podrás observar con detenimiento, respeto y sobre todo comprenderás más fácilmente el mensaje que te están queriendo brindar y podrás adaptarte mejor.
“Los sentimientos y las emociones son el lenguaje universal que debe ser honrado. Son la expresión auténtica de quienes somos.”
Judith Wright
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