Reconectar Contigo Mismo: Sanar Tras una Ruptura

Autor: Johanna Carolina Salazar Pantusin , 13/02/2025 (118 vista)
Dificultades en relaciones, Crisis emocional, Depresión y apatía, Separaciones y pérdidas, Baja autoestima, Soledad, Sentido de la vida, Ansiedad e insomnio, Desarrollo personal, Vergüenza y culpa
Reconectar Contigo Mismo: Sanar Tras una Ruptura

Descubre cómo volver a ti tras una separación amorosa. Aprende estrategias para sanar, fortalecer tu autoestima y redescubrir tu identidad.

El fin de una relación amorosa suele sentirse como si te hubieran arrancado una parte de ti. Tanto hombres como mujeres sabemos que ese vacío nos sacude por completo, rompe la rutina y de pronto ya no sabemos ni quiénes somos. Es como si te quedaras parado en medio del caos pensando: ¿Y ahora qué? ¿Cómo vuelvo a sentirme bien conmigo mismo/a?

Primero, no te exijas estar bien de golpe. Dale espacio a tus emociones. Es normal sentir tristeza, rabia, confusión o miedo. Llora si necesitas, grita si te sale, escribe todo lo que se te cruce por la mente. Hablar con alguien de confianza también ayuda mucho. No te juzgues por sentirte así, cada lágrima, cada enojo es parte de sanar.

Ahora, toca rearmarse poco a poco. Puede que te sientas perdido/a, como que el día ya no tiene sentido. Empieza por las cosas simples: pon la alarma, levántate, date una ducha, sal a caminar, prepara algo rico para comer, aunque no tengas ganas. Estos pequeños hábitos te devuelven esa sensación de control sobre tu vida.

Y hablando de sentirte vivo/a, ¿qué te gustaba hacer antes de esa relación? Muchas veces, dejamos de lado cosas que nos apasionaban. Es momento de recuperar esas cosas que te hacían vibrar: ese deporte que te gustaba, ese hobby olvidado, esa idea loca que siempre postergaste. ¿Por qué no aprender algo nuevo? ¡Atrévete! Verás que irás recuperando esa chispa que creías apagada.

Eso sí, no te encierres. Está bien que necesites tiempo a solas, pero que no se vuelva tu única realidad. Llama a tus amigos, pasa tiempo con tu familia o si sientes que lo necesitas, busca ayuda profesional. Rodéate de gente que te sume, que te haga reír, que te abrace sin preguntar demasiado. Sentir ese apoyo te hará más fuerte.

Tu cuerpo también necesita que lo cuides. Cuando el corazón duele, el cuerpo lo siente. Haz ejercicio, aunque sea dar una vuelta a la manzana. Comer bien, dormir mejor y moverte te ayudarán a sentirte más fuerte y con más energía.

Y algo que cuesta, pero es clave: recuperar tu autoestima. Después de una ruptura, solemos sentir que no valemos lo suficiente. Cada vez que te venga ese pensamiento de que no eres suficiente, cámbialo. Repítete que eres valioso/a, que mereces cosas buenas. Celebra tus logros por pequeños que sean, aunque sea salir de la cama. Esos pasos son gigantes.

Y ojo, no te pongas plazos para estar bien. Habrá días en los que sientas que avanzas, y otros en los que te caigas otra vez. Es normal. Sé paciente contigo. Esto no es una carrera, es tu proceso y cada paso cuenta.

También puedes aprovechar este tiempo para pensar en todo lo que viviste. ¿Qué aprendiste? ¿Qué cosas quieres repetir y cuáles no? A veces las rupturas nos enseñan más sobre nosotros mismos de lo que imaginamos. Todo lo que viviste suma, aunque ahora duela.

Algo que ayuda mucho es practicar la gratitud. Sí, aunque suene raro. Agradece por lo que tienes hoy: tu salud, tus amigos, tu trabajo, ese café que te tomaste en calma. Hacer esto te ayuda a ver que tu vida no se reduce a esa relación que se acabó. Hay muchas cosas por las que vale la pena sonreír.

Y por último, mira hacia adelante. La vida sigue, aunque ahora sientas que se detuvo. Proyéctate, sueña, planea. Ponte metas pequeñitas: quizás empezar ese curso, salir de viaje, redecorar tu espacio. Esas pequeñas victorias te van a recordar que tienes mucho por vivir.

Reconectar contigo mismo/a después de una ruptura es difícil, pero también es una oportunidad para redescubrir quién eres, crecer y volver a sentirte fuerte. Todo ese amor que diste, ahora toca dártelo a ti. Recuerda: no estás solo/a, y aunque hoy duela, este camino te llevará a un lugar mejor. Porque sí, te mereces ser feliz. Te dejo una lista de frases que puedes repetirte en este proceso:

Soy suficiente tal y como soy.

Me permito sentir y sanar a mi propio ritmo.

Cada día avanzo un paso hacia mi bienestar.

Mi felicidad no depende de otra persona, está dentro de mí.

Agradezco las cosas buenas que tengo hoy.

Estoy aprendiendo y creciendo con esta experiencia.

Soy fuerte, capaz y valioso/a.

Tengo derecho a cuidarme y priorizar mi bienestar.

Puedo construir una nueva versión de mí.

Confío en que el tiempo me traerá cosas buenas. 

El artículo ya recibió “me gusta”