La Relación entre la Ley de Murphy y la Psicología del Fracaso.

Autor: Rodrigo Alejandro Valdenegro Cáceres , 14/08/2024 (110 vista)
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La Relación entre la Ley de Murphy y la  Psicología del Fracaso.

La Ley de Murphy y la psicología del fracaso están intrínsecamente relacionadas. La anticipación del fracaso puede ser tanto una carga como una oportunidad.

La Ley de Murphy es un principio que se resume en la frase: "Si algo puede salir mal, saldrá mal". Se atribuye a Edward A. Murphy Jr., un ingeniero aeroespacial estadounidense que, en la década de 1940, trabajaba en pruebas de cohetes. 

La ley refleja la tendencia de que, en situaciones complejas, las cosas no siempre salen como se planean, especialmente debido a errores humanos o fallos imprevistos (verdad universal sobre la naturaleza humana). La ley implica una visión pesimista de la vida, sugiriendo que siempre hay un margen para el error. 

Sin embargo, la ley de Murphy apunta a  algo muy superior. Es un margen de vital importancia  para el aprendizaje, para evolucionar, para apuntar a una mejoría de nuestras conductas relacionada con la creación, revisión y generación de nuevas ideas.

En este sentido la ley de Murphy enfatiza la importancia de la preparación y la planificación cuidadosa para mitigar los efectos de posibles fallos. Para el ciudadano común, el fracaso se puede definir como la incapacidad para alcanzar un objetivo deseado o esperado. Según Baumeister y Scher (1988), "el fracaso puede tener profundas repercusiones psicológicas y emocionales" (p. 191).

La Ley de Murphy intentaría enseñar a anticipar fallos. Según McGrath (1999), "la anticipación de problemas puede mejorar la preparación y reducir por un lado los errores y la ansiedad asociada con el fracaso" (p. 105).

Lo que cientos no saben es que el fracaso es necesario para la maduración de la personalidad. Es decir, la vida humana está tejida de aciertos y errores, de cosas que no se habían programado y que otras veces no se cumplieron. Por lo general se aprende más con los fracasos que con los éxitos. Pero, ¿a qué se llama fracaso? Según Enrique Rojas, el fracaso es aquella experiencia interior de derrota, consecuencia de haber comprobado que algo en lo que habíamos puesto nuestro esfuerzo, ilusión, no ha salido como esperábamos; es la conciencia de no haber alcanzado la meta propuesta.

El que ha fracasado tiene una reacción de hundimiento, mezclado de melancolía y frustración; rabia interior y descontento; siente que muchas cosas le han fallado y lo peor es que su psicología, o sea, su pensamiento, no encuentra cómo organizarlas, ya que, muchas veces están paralizados, bloqueados, en no saber qué hacer. Claro, para muchos no es lo mismo un fracaso afectivo que profesional, laboral, económico, de pareja o familiar.

Cada ser humano lo percibe de manera distinta, pero depende de las circunstancias, de la capacidad que tenga esa persona de manejar conflictos, del tipo de apoyo que tenga y hasta de las vivencias y el sentido de vida y las razones existenciales. Es normal que nos formemos ilusiones, que abracemos objetivos y metas en la vida, pero debemos estudiar las posibilidades, la estrategia y la técnica, de cómo seguir el proyecto de una vida alcanzable, posible, integral, y sobre todo, con el proyecto cultural de ser feliz. Para salir bien del fracaso: lo primero es no culparse, y lo segundo es abandonar el miedo, lo tercero es aprender a conquistarse a usted mismo. Ahí está la clave.

La gente que le teme al fracaso no arranca, no se mueve, no planifica, nunca empieza, debido a que su psicología está derrotada, sus pensamientos están llenos de dudas, de imposibilidades; todo es oscuro, de visión en túnel; donde estos temores lo llevan a no hacer nada, y si fracasa, siente que debería morirse, por aquello de que “yo no sirvo para nada”. Así piensa, actúa y vive el atrapado en la psicología del fracaso. 

La historia y los pueblos tienen innumerables experiencias de fracaso. Ejemplos sobran: Abraham Lincoln, Nelson Mandela, Gandhi, Juan Bosch, etcétera.

Se llega al psicológico del fracaso cuando las vivencias y frustraciones se llevan a través del condicionamiento psicológico, de la forma de reaccionar en diferentes circunstancias asumiendo actitudes de derrota y comportamientos pesimistas o, teniendo socialmente respuestas conformistas, es así como se llega a la psicología del fracaso. Y se hace necesaria una intervención profesional psicológica.

Es necesario superar con optimismo las ideas pesimistas ancladas en nuestra mente. Es necesario aprender del fracaso, a vencerlos y superarlos cada vez que se presentan. Aprender de forma inteligente a cambiar los fracasos por éxitos. Recuerde que para esto se necesita de la perseverancia, de insistir, persistir y resistir hasta lograr el objetivo final. 

El fracaso, el error, equivocarse, como sugiere la Ley de Murphy, no es solo un evento aislado, sino una oportunidad para aprender. Según Reivich y Shatté (2002), "la resiliencia es clave para adaptarse y recuperarse del fracaso" (p. 48).

La expectativa de que algo saldrá mal puede crear un ciclo negativo. Según Atkinson (1982), "la anticipación del fracaso puede, paradójicamente, aumentar la probabilidad de que ocurra" (p. 

El fracaso puede generar una variedad de emociones, desde la frustración hasta la depresión. Según Seligman (2006), "las reacciones al fracaso pueden estar influenciadas por las creencias personales sobre el éxito y el fracaso" (p. 87).

Algunas maneras de manejar el fracaso (psicología del fracaso)  y anular la ley de Murphy es desarrollar estrategias proactivas que pueden mitigar el impacto del fracaso. Según Covey (1989), "ser proactivo implica anticipar problemas y planificar en consecuencia" (p. 28).

Otra forma es incorporar en la empresas, organizaciones o instituciones espacios de cultura del aprendizaje (nadie nace sabiendo, todos los días se prende algo nuevo, bajar niveles de mobbing o acoso laboral e insertar actividades para-con-desde-las jefaturas y colaboradores. Según Argyris (1991), "el aprendizaje organizacional es fundamental para evitar errores repetidos" (p. 14).

Tambien el apoyo social juega un papel crucial en la superación del fracaso. Según Cohen y Wills (1985), "el apoyo social puede actuar como un buffer contra los efectos negativos del fracaso" (p. 310).

La Ley de Murphy y la psicología del fracaso están intrínsecamente relacionadas. La anticipación del fracaso puede ser tanto una carga como una oportunidad. Al adoptar una mentalidad de crecimiento y estrategias proactivas, las personas pueden transformar el fracaso en un catalizador para el aprendizaje y el desarrollo personal.

 

Referencias

1-. Argyris, C. (1991). Teaching smart people how to learn. Harvard Business Review Press.

2-. Atkinson, J. W. (1982). Human motivation. Holt, Rinehart and Winston.

3-. Baumeister, R. F., & Scher, S. J. (1988). Self-esteem and the failure of self-esteem theory. In J. W. Atkinson & J. O. H. G. (Eds.), Motivation and Emotion (Vol. 12, pp. 191-211). Plenum.

4-. Brooks, F. P. (1995). The mythical man-month: Essays on software engineering. Addison-Wesley.

5-. Cohen, S., & Wills, T. A. (1985). Stress, social support, and the buffering hypothesis. Psychological Bulletin, 98(2), 310-357.

6-. Covey, S. R. (1989). The 7 habits of highly effective people: Powerful lessons in personal change. Simon & Schuster.

7-. Dweck, C. S. (2006). Mindset: The new psychology of success. Random House.

8-. Dyer, W. G. (2004). The entrepreneurial experience. Cengage Learning.

9-. McGrath, J. E. (1999). The social psychology of time: New perspectives on the past, present, and future. Sage Publications.

10-. Reivich, K., & Shatté, A. (2002). The resilience factor: 7 keys to finding your inner strength and overcoming life’s hurdles. Broadway Books.

11-. Seligman, M. E. P. (2006). Learned optimism: How to change your mind and your life. Vintage.

12-. https://hoy.com.do/la-psicologia-del-fracaso/

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