Para personas que experimentan una mayor sensibilidad sensorial, este artículo ofrece técnicas para manejar el estrés y la sobrecarga emociona
Si vives con una mayor sensibilidad sensorial, probablemente hayas experimentado momentos en los que el mundo a tu alrededor se siente abrumador. Los estímulos como el ruido, las luces, las texturas o los olores pueden acumularse y desbordar tus sentidos, provocando una sensación de agobio profundo. Lo que sientes es completamente válido, y no estás solo en ello. Este artículo es para ti, para recordarte que está bien sentir lo que sientes y que existen formas en las que puedes reconectar contigo mismo cuando la sobrecarga parece demasiado intensa.
Cuando sientes que todo se vuelve demasiado, a veces lo más simple es lo más efectivo. La respiración cadenciada es una herramienta que puedes llevar contigo a cualquier parte y que te ayudará a volver al presente cuando las cosas se desbordan:
Repetir este patrón unas cuantas veces puede ayudarte a reducir el ritmo de tu corazón y a calmar esos pensamientos acelerados. Y lo más importante, te ofrece un pequeño respiro, un recordatorio de que tienes la capacidad de manejar lo que estás sintiendo, un paso a la vez.
Tu piel es extremadamente sensible, y eso a veces puede ser agotador. Sin embargo, también puedes utilizar esa sensibilidad para anclarte al presente de una manera que te resulte reconfortante. Presta atención a cómo se siente la ropa sobre tu piel en este momento.
¿Es suave? ¿Cálida? ¿Te aporta confort? Permítete explorar esas sensaciones con curiosidad, sin juzgar. Simplemente observa cómo la textura de la ropa interactúa con tu cuerpo. Este pequeño ejercicio te da un descanso mental, un lugar seguro donde llevar tu atención cuando el mundo exterior parece demasiado.
Cuando el estrés sensorial aumenta, es normal sentir que pierdes el control. Aquí es donde entra en juego el self-soothing, o consuelo personal. Utilizar tus cinco sentidos para reconfortarte es una manera poderosa de crear un espacio de calma. Aquí te dejamos algunas ideas:
Permítete explorar qué estímulos te resultan más calmantes. No hay una única manera de hacerlo, y lo que funciona para ti puede cambiar de un día a otro, y eso está bien.
Para muchas personas con alta sensibilidad sensorial, el ruido puede ser uno de los desencadenantes más difíciles de manejar. Si los sonidos te sobrepasan, unos audífonos con cancelación de ruido pueden ser tu mejor aliado. Te permiten crear un espacio de tranquilidad en medio del caos, ofreciéndote un refugio donde puedes respirar y centrarte.
Valida lo que Sientes
Es importante recordar que no tienes que "ser más fuerte" o "aguantar más" cuando tus sentidos te sobrepasan. Lo que estás experimentando es real, y tu dolor o malestar es válido. Sentir que el mundo se vuelve demasiado no es una señal de debilidad; es una parte de cómo estás conectado con tu entorno.
Estas técnicas están aquí para ayudarte a gestionar esos momentos difíciles. Pero lo más importante es que sepas que tu sensibilidad no te define ni te limita, es solo una parte de lo que eres. Date el espacio para sentir, para cuidar de ti, y para encontrar la calma en medio de la tormenta.
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