La importancia de la Terapia de Pareja durante el embarazo, el posparto y la primera crianza
Tu, yo y..... la triangulación en la pareja.
Durante la búsqueda de un nuevo miembro de la familia, la pareja pasa por un proceso de estrés y tensión, que puede ser más o menos visible, debido a estímulos y emociones que provocan el ir a buscar un bebé: ilusión, miedo, alegría, frustración, esperanza, deseo… Muchas veces estas emociones, que se suelen producir de manera intensa, pueden provocar desacuerdos en la pareja que originen un conflicto. A veces, un miembro de la pareja se coloca ante el proyecto novedoso, la ilusión, las ganas, la alegría, mientras que el otro miembro se coloca en el miedo, la duda o la incertidumbre, e inevitablemente estos desacuerdos afectan a la relación de pareja.
Esto se acentúa más aún cuando el proyecto de embarazo natural fracasa y hay que recurrir a un embarazo por reproducción asistida. No alcanzar la maternidad o paternidad por medios naturales es causa de estrés psicológico. Una de las emociones principales que suelen aparecer en estos casos, de forma más o menos inconsciente, es el sentimiento de culpa, ya sea de culparse un@ mism@ por no haber conseguido el propósito, por sentirse no válid@, por haber defraudado o desilusionado a la pareja, o culpar a la pareja por eso mismo. A la vez, la pareja entra en un proceso de duelo sutil por no haber logrado el objetivo, y tiene que procesar una pérdida que es más compleja de lo que parece a simple vista: no solo no ha ocurrido el embarazo, si no que cada miembro de la pareja empieza a pensar y a poner atención en qué le pasa a su cuerpo, a su estado emocional, si sufre de estrés, o de impotencia, o si hay algún problema de esterilidad, o si ya es demasiado mayor para un embarazo natural.
Entre el asumir la nueva realidad y, en caso de optar por un embarazo asistido, someterse cada uno de los miembros de la pareja a las diferentes pruebas médicas que van a realizar para elegir el método de reproducción más óptimo para ellos, la pareja como tal se encuentra en un lugar de vulnerabilidad y fragilidad susceptible de sufrir estrés, distanciamiento y discusiones o reproches, cuando lo que necesita es estar más fuerte y unida que nunca.
Sea como sea el embarazo, cuando un bebé llega a la vida de una pareja, puede ser una experiencia maravillosa llena de alegría y amor. Sin embargo, también puede traer consigo ciertas dificultades y retos que pueden afectar la relación de pareja.
Uno de los primeros desafíos radica en la falta de sueño. Los recién nacidos tienen necesidades constantes, incluyendo alimentación, cambio de pañales y atención durante la noche. Esto puede llevar a que ambos miembros de la pareja se sientan agotados y frustrados. Es importante que se comuniquen y trabajen juntos para establecer un horario que permita a ambos padres descansar adecuadamente.
Otra dificultad que puede surgir es la pérdida de intimidad. La llegada de un bebé puede acaparar gran parte del tiempo y atención de la pareja, lo que puede llevar a descuidar la intimidad y el tiempo en pareja. Es esencial que ambos miembros de la pareja se esfuercen en encontrar momentos para estar juntos, ya sea a través de citas nocturnas, momentos de relajación juntos o simplemente tomándose un tiempo para hablar y conectarse emocionalmente.
Además, puede haber desacuerdos en cuanto a la crianza y los roles parentales. Cada miembro de la pareja puede tener diferentes expectativas y enfoques sobre cómo cuidar al bebé. Lo importante es tener una comunicación abierta y sincera para discutir estas diferencias y llegar a un acuerdo mutuo. Es fundamental recordar que ambos son padres y que están en esto juntos.
El estrés financiero también puede ser una dificultad en la pareja cuando nace un bebé. La llegada de un nuevo miembro de la familia puede significar gastos adicionales, como pañales, ropa, alimentos y atención médica para el bebé. Es importante que la pareja se apoye mutuamente y trabaje juntos para establecer un presupuesto y enfrentar los desafíos financieros que puedan surgir.
Por último, la falta de tiempo personal puede afectar la relación de pareja. A medida que los padres se enfocan en cuidar y criar a su bebé, pueden perder de vista sus propias necesidades y deseos individuales. Es esencial que ambos miembros de la pareja se tomen el tiempo para cuidarse a sí mismos y para mantener sus propias identidades fuera de la paternidad.
En conclusión, la llegada de un bebé puede ser un momento emocionante en la vida de una pareja, pero también puede plantear desafíos en su relación. Sin embargo, con comunicación abierta y sincera, apoyo mutuo y búsqueda de momentos de conexión, las parejas pueden superar estas dificultades juntas y fortalecer su relación en el proceso.
La terapia de pareja en estos momentos vitales es imprescindible para cuidar la relación, para disponer de un espacio íntimo y seguro donde la pareja, ajena a los estímulos y preocupaciones de la vida, pueda poner el foco de atención en lo que está pasando junta, en el tránsito que hace por el camino que ha elegido. La intervención terapéutica se ajusta a cada caso y a cada miembro de la pareja, aportando a la pareja recursos como la información necesaria detallada de todos los procesos por los que van a pasar y acompañarles en los cambios emocionales que van a tener en cada proceso, procesos largos hasta que se consigue el embarazo, para que no se desborden y puedan ir aceptando lo que se vaya dando en cada fase, acompañamiento para afrontar con ganas y entereza su realidad, aprender a manejarse con la ansiedad y los miedos que un tratamiento así supone, y también acompañar en los intentos fallidos que ocurran o en el duelo prenatal, como un buen equipo, trabajando la comprensión y el apoyo mutuo.
Si estás pensado en realizar un proceso de embarazo asistido o ya has iniciado uno, te ofrezco una sesión de pareja o individual informativa sin compromiso.